Carta de Sami DiPasquale, Director Ejecutivo

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Querido amigo,

Me llamo Sami DiPasquale y soy la Directora Ejecutiva de Abara. Estoy agradecida de compartir que nuestra organización cumplió 5 años este otoño. 🎂 Si desea dar en honor de los 5 años de Abara, puede hacerlo aquí.

Ha sido un año duro. En muchos sentidos ha sido un año insoportablemente pesado: en el mundo, en Oriente Medio, donde crecí, y en la frontera entre Estados Unidos y México, donde he vivido los últimos 20 años.

Hay muchas preguntas e incógnitas en nuestro trabajo en Abara, pero también hay algunas cosas que podemos creer y decir con certeza:

  • Nos inspira la profundidad de la fe de tantas personas con las que nos encontramos.
  • Estamos encantados con el testimonio profético de los creativos que imaginan un camino diferente.
  • Condenamos la violencia y los castigos colectivos.
  • Afirmamos la dignidad de todo ser humano.
  • Luchamos por un mundo en el que nuestros vecinos puedan prosperar.
  • Buscamos a los héroes que hacen lo que pueden para interrumpir los ciclos de violencia y trauma.
  • Celebramos a quienes aprovechan sus privilegios y su acceso para defender a los vulnerables en lugar de limitarse a protegerse a sí mismos y garantizar su comodidad personal.
  • Admiramos a quienes deciden solidarizarse con quienes sufren.
  • Nos inspiran quienes traspasan los límites de su empatía para comprender la historia y adentrarse en el dolor de quienes una vez no vieron.

Y queremos ser esas mismas personas.

Queremos ser un pueblo de paz, un pueblo de amor, un pueblo de fe, un pueblo de justicia. Queremos crear espacios de sanación y transformación comunitaria. Queremos dar testimonio del sufrimiento en el mundo, no dar falso testimonio. En medio de la violencia, el dolor y la desesperación, queremos plantar girasoles para celebrar los innumerables actos de bondad, amor y sacrificio. En un mundo que a menudo parece oscuro, queremos buscar las rendijas de luz, hasta que hayamos encontrado tantos puntos brillantes que el mundo ya no parezca tan oscuro y abunde la esperanza.

Queremos ser el cambio que esperamos ver en el mundo. Y queremos dejar espacio para que otros hagan lo mismo, en la frontera y más allá.

Y estas certezas nos proporcionan un lugar sólido en el que apoyarnos, en el que encontrar nuestro equilibrio, en el que tener los pies en la tierra. En un mundo caracterizado a menudo por la polarización y el vitriolo, aspiramos a encarnar un mensaje sagrado, de amor y de comunidad amada. El trabajo continúa.

Atentamente,

Sami DiPasquale

Director Ejecutivo, Abara